Cada 25 de noviembre, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, alzamos la voz para recordar que la violencia de género continúa transformándose y adoptando nuevas formas. Hoy, además de las agresiones físicas, psicológicas o económicas, debemos enfrentar un escenario adicional: la violencia digital. Y lo hacemos convencidos de que proteger a las mujeres es una responsabilidad colectiva que no admite matices.

La violencia digital no es menos real por ocurrir detrás de una pantalla. Daña, condiciona, silencia y limita la participación de miles de mujeres y niñas. Como entidad dedicada al cuidado y al acompañamiento diario en los hogares, en Asistenzia sentimos la obligación ética de visibilizar esta realidad y de actuar desde nuestros valores, nuestra experiencia y nuestras políticas internas de igualdad.

La violencia de género en entornos digitales

Según organismos internacionales, casi una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida. A esta realidad se suma un fenómeno que vemos crecer cada año: el abuso que se produce en redes sociales, foros, aplicaciones y plataformas online. Reconocemos que estas agresiones buscan el mismo objetivo que cualquier forma de violencia de género: intimidar, castigar, callar y apartar a las mujeres de los espacios que ocupan.

Los insultos continuados, las amenazas, el acoso sexual, la difusión no consentida de imágenes o los montajes creados con inteligencia artificial son prácticas que dejan secuelas muy profundas. Y sabemos que sus efectos traspasan la pantalla y terminan afectando a la vida personal, profesional y emocional de las víctimas.

Por qué aumenta la violencia digital

Comprobamos que este tipo de violencia crece por varias razones. Hablamos de plataformas que reaccionan tarde, anonimato que favorece la impunidad, falta de legislación específica en algunos países, nuevas herramientas tecnológicas que permiten manipular imágenes y la actividad constante de comunidades que difunden discursos misóginos. Todo ello crea un entorno hostil que debemos señalar, prevenir y combatir.

Nuestro compromiso con la igualdad, respeto y tolerancia cero

Nuestro trabajo diario se sostiene en valores que compartimos como equipo: empatía, profesionalidad, respeto y ética. Estos principios forman parte de nuestro modelo de gestión y están recogidos en el II Plan de Igualdad 2022–2026, donde reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad real en el acceso al empleo, las condiciones laborales, la promoción interna y la prevención de cualquier forma de violencia o discriminación.

Aplicamos una política de Tolerancia Cero

Como recoge nuestra normativa interna, declaramos una Política de Tolerancia Cero ante el acoso sexual y el acoso por razón de género, tanto en el interior de la organización como en la relación directa con las personas usuarias. Toda la plantilla conoce el protocolo y sabe que tiene el respaldo de la dirección para comunicar cualquier situación de riesgo, con garantías de confidencialidad y actuación inmediata.

Cuidamos desde la cercanía y la responsabilidad

Nuestro trabajo en el hogar de las personas usuarias exige sensibilidad y profesionalidad. Por eso nos aseguramos de que cada servicio se preste desde el respeto, la dignidad y la protección, especialmente cuando acompañamos a mujeres que pueden encontrarse en situaciones de vulnerabilidad.

En Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer seguiremos trabajando para que estas garantías formen parte del día a día de nuestra plantilla y de todas las personas usuarias que confían en nosotros. Porque lo que ocurre en la red también ocurre en la vida, y no hay excusa para mirar hacia otro lado.