La autoestima es el motor mental que nos mueve a estar activos, participar en la vida con positividad, querernos a nosotros mismos y creer en nuestras posibilidades. Se trata de una cualidad importante para todo el mundo, pero especialmente necesaria en ciertas etapas de la vida.

En este sentido, cuando una persona alcanza la tercera edad y advierte como a nivel físico no puede hacer las mismas cosas que antes, es lógico que vea mermada su autoestima, así como el ánimo y las ganas de llevar a cabo hasta las más cotidianas actividades.

Por ello, es importante tener en cuenta una serie de aspectos para mejorar la autoestima en la tercera edad, por parte de las personas que formamos parte de la vida de personas mayores:

1. No tratarles como personas incapacitadas. Debemos permitir que hagan por si solos todo aquello que todavía pueden, o estaremos cayendo en un grave error.
2. Siempre debemos tener en cuenta lo que piensan, especialmente en los temas que los involucran a ellos mismos. Escucharles, conversar, llegar a acuerdos, pero nunca ignorarles.
3. Animarles a que se muevan, entren, salgan, hagan, y, en definitiva, vivan. No solo debemos apoyarles cuando quieran hacer algo, sino que debemos animarles, como decimos, cuando no quieran hacer nada.

Desgraciadamente, muchas personas no tienen en cuenta estos y otros aspectos clave para que las personas de la tercera edad conserven su alegría y sus ganas. En Asistencia, por el contrario, nos esforzamos por cumplir estos puntos, y por difundirlos para que cada día sea más habitual.